Stop a la publicidad sobre pederastia
En los medios de comunicación de masas suele ser una información recurrente las noticias relacionadas con el abuso de menores: redes de pederastas disueltas, descubrimientos de abusos por parte de un padre, vecino e incluso de otros menores sobre los más pequeños, redes de intercambio de pornografía infantil, etc.
¿Qué decir sobre esto? ¿Qué sentimiento puede generar sino estupor? Nadie puede quedar indiferente ante ningún acto de crueldad pero si un acto de crueldad sexual se realiza sobre un niño de, por ejemplo, cinco años ¿cómo no quedar estupefactos?
Lo anterior lo comprendo y cualquiera puede comprenderlo pero lo que me cuesta entender es el interés mediático por el asunto, ese bombardeo incesante de la palabra "pederastia" en la cabecera de mil y una noticias ya sea de televisión, prensa o internet. A mi sensibilidad ya resulta no sólo ofensivo sino incluso enfermizo el tratamiento casi publicitario que le dan a un tema tan triste.
El interés de los medios de comunicación en estas noticias no creo que sea fruto de ningún "complot ideológico" sino más bien, consciente o inconscientemente, es fruto de una política comercial... sí, he dicho bien, comercial. Ya acostumbrados a ver cuerpos descuartizados por bombas, quemados en incendios, mutilados en accidentes ¿qué puede impresionar a nuestra sensibilidad? Pues la pederastia, la pederastia siempre. La sensibilidad de las sociedades occidentales me recuerda a la que existía en la Roma Imperial que acudía al circo a ver como torturaban y descuartizaban a hombres y animales; nuestra sensibilidad embotada necesita cada vez de noticias más crueles, más infames y más repugnantes para ser afectada... Esto lo saben los medios de comunicación, lo saben y obran en consecuencia ¿acaso su fin no es vender más y más periódicos, obtener más y más audiencia?
Claro que sé que es necesario conocer que la Bestia acecha pero también tengo derecho a sospechar y de hecho sospecho de que el monstruoso crimen que nos ocupa no es tratado con afán de informar sino con afán de alimentar el morbo y sacudir nuestra sensibilidad embotada y decadente. Los detalles bárbaros y repugnantes (por ejemplo, si el abuso fue anal, oral, mediante tocamientos...), el bombardeo continuo y la exageración interesada (¿cuántas "mayor operación contra la pornografía infantil" escuchamos al cabo del año?) me parecen la última forma de abuso sobre estas desgraciadas víctimas anónimas. Es el abuso que se produce cuando alguien expone y trafica con un sufrimiento tan profundo para aumentar en share. Pero de esto no dice nada el Defensor del Menor, ya saldrá a advertirnos sobre algún peligrosísimo vídeo juego estas Navidades.
¿Qué decir sobre esto? ¿Qué sentimiento puede generar sino estupor? Nadie puede quedar indiferente ante ningún acto de crueldad pero si un acto de crueldad sexual se realiza sobre un niño de, por ejemplo, cinco años ¿cómo no quedar estupefactos?
Lo anterior lo comprendo y cualquiera puede comprenderlo pero lo que me cuesta entender es el interés mediático por el asunto, ese bombardeo incesante de la palabra "pederastia" en la cabecera de mil y una noticias ya sea de televisión, prensa o internet. A mi sensibilidad ya resulta no sólo ofensivo sino incluso enfermizo el tratamiento casi publicitario que le dan a un tema tan triste.
El interés de los medios de comunicación en estas noticias no creo que sea fruto de ningún "complot ideológico" sino más bien, consciente o inconscientemente, es fruto de una política comercial... sí, he dicho bien, comercial. Ya acostumbrados a ver cuerpos descuartizados por bombas, quemados en incendios, mutilados en accidentes ¿qué puede impresionar a nuestra sensibilidad? Pues la pederastia, la pederastia siempre. La sensibilidad de las sociedades occidentales me recuerda a la que existía en la Roma Imperial que acudía al circo a ver como torturaban y descuartizaban a hombres y animales; nuestra sensibilidad embotada necesita cada vez de noticias más crueles, más infames y más repugnantes para ser afectada... Esto lo saben los medios de comunicación, lo saben y obran en consecuencia ¿acaso su fin no es vender más y más periódicos, obtener más y más audiencia?
Claro que sé que es necesario conocer que la Bestia acecha pero también tengo derecho a sospechar y de hecho sospecho de que el monstruoso crimen que nos ocupa no es tratado con afán de informar sino con afán de alimentar el morbo y sacudir nuestra sensibilidad embotada y decadente. Los detalles bárbaros y repugnantes (por ejemplo, si el abuso fue anal, oral, mediante tocamientos...), el bombardeo continuo y la exageración interesada (¿cuántas "mayor operación contra la pornografía infantil" escuchamos al cabo del año?) me parecen la última forma de abuso sobre estas desgraciadas víctimas anónimas. Es el abuso que se produce cuando alguien expone y trafica con un sufrimiento tan profundo para aumentar en share. Pero de esto no dice nada el Defensor del Menor, ya saldrá a advertirnos sobre algún peligrosísimo vídeo juego estas Navidades.
En fin.
Sé feliz