lunes, febrero 26, 2007

Nacionalismo e inteligencia


Pregunta: ¿Qué viene cuando el nacionalismo se va?

Krishnamurti: La inteligencia, evidentemente. Pero me temo que ése no es el motivo de la pregunta. Lo que significa es: ¿qué puede sustituir al nacionalismo? Cualquier sustitución es algo que no aporta inteligencia. Si abandono una religión y me adhiero a otra, si dejo un partido político para ingresar más adelante en algún otro, esta constante sustitución indica un estado en el que no hay inteligencia. ¿Cómo desaparece el nacionalismo? Sólo comprendiendo plenamente sus implicaciones, examinándolo, captando su significado en actividades tanto externas como internas. En lo externo origina divisiones y clasificaciones entre los hombres, guerras y destrucción, todo lo cual es evidente para cualquiera que sea observador. Interiormente, psicológicamente, lleva a una identificación con lo más grande, con la patria, o con una idea, y es, evidentemente, una forma de autoexpansión. Si vivo en una pequeña aldea, o en una gran ciudad, o donde sea, yo no soy nadie; pero si me identifico con lo más grande, con el país, si me llamo hindú, esto halaga mi vanidad, me brinda satisfacción, prestigio, una sensación de bienestar; y esta identificación con lo grande, que es una necesidad psicológica para los que sienten que la expansión del "yo" es esencial, engendra asimismo conflicto y lucha entre los hombres. Así, pues, el nacionalismo no sólo causa conflictos externos, sino también frustraciones internas; y cuando uno comprende el nacionalismo, todo el proceso del nacionalismo, éste se desvanece. La comprensión del nacionalismo llega mediante la inteligencia, observando e investigando cuidadosamente todo el proceso de nacionalismo y del patriotismo. De esa investigación surge la inteligencia y entonces no se produce la sustitución del nacionalismo por ninguna otra cosa. En el momento en que sustituís la religión por el nacionalismo, la religión se convierte en otro medio de autoexpansión, en una fuente más de ansiedad psicológica, en un medio de alimentarse uno mismo con una creencia. Por lo tanto, cualquier forma de sustitución, por noble que sea, es una forma de ignorancia. Es como alguien que sustituyera el fumar por la goma de mascar o el sabor a menta del betel. En cambio, si uno comprende realmente y en su totalidad, el problema del fumar, de los hábitos, de las sensaciones, de las exigencias psicológicas, etcétera, entonces el vicio de fumar desaparece. Sólo poséis comprenderlo cuando la inteligencia florece, cuando la inteligencia funciona; y la inteligencia no funciona cuando hay sustitución. La sustitución es simplemente una forma de autosoborno, de incitaros a que no hagáis esto sino aquello. El nacionalismo con su veneno, con sus miserias y contiendas mundiales, sólo puede desaparecer cuando hay inteligencia, y la inteligencia no surge por el mero hecho de aprobar exámenes y estudiar en los libros. La inteligencia surge cuando comprendemos los problemas a medida que se presentan. Cuando hay comprensión del problema en sus diferentes niveles, no sólo superficialmente sino también en sus formas internas, psicológicas, entonces, en ese proceso, la inteligencia se manifiesta. Cuando hay, pues, inteligencia no hay sustitución; y también cuando hay inteligencia desaparece el nacionalismo y el patriotismo, los cuales son una tontería.
Jiddu Krishnamurti; La libertad primera y última; RBA

viernes, febrero 23, 2007

La ética según Jesús de Nazaret


Vamos a exponer y a analizar en este trabajo algunos elementos fundamentales de la ética cristiana. Entenderé el concepto "ética cristiana" en un sentido literalmente estricto es decir: la ética que proponía con sus enseñanzas la figura histórica de Jesús de Nazaret. Esta exposición parte, como también es evidente, desde una perspectiva laica. Los textos que se utilizarán para la elaboración de este resumen serán los cuatro evangelios usualmente admitidos por la mayoría de corrientes cristianas como legítimos.

* El fin de la ética cristiana:

La ética cristiana es una ética salvífica; esto quiere decir que la finalidad de el proyecto ético de Jesús de Nazaret era la salvación del alma. La mayoría de las éticas religiosas son éticas salvíficas que pretenden alcanzar una meta ultraterrena para el hombre. Sin embargo, no todas las religiones plantean una ética de este tipo, pensemos en el budismo zen, ni todas las éticas salvíficas son necesariamente éticas religiosas.
En las enseñanzas recogidas en los evangelios canónicos Jesús invita a sus oyentes a alcanzar "el Reino del Padre". Todo sacrificio o sufrimiento adquieren sentido para llegar a este reino y esta vida eterna. Por supuesto, la ética cristiana se haya supeditada a la consecución de este fin pero, los contenidos éticos que trasmite pueden ser asumidos desde una posición agnóstica o atea.

* Las Bienaventuranzas:

"Viendo la multitud, subió al monte; y sentándose, vinieron a él sus discípulos. Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo:
Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán consolación.
Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. " (Mt 5,1-12)

Las Bienaventuranzas forman parte de el denominado "Sermón de la Montaña", en ellas Jesús de Nazaret expone parte de su ideario ético. En este texto además de hacer un elenco de personas bienaventuradas en el mundo promete una serie de retribuciones futuras.
Las virtudes morales que defiende este texto son básicamente cuatro: mansedumbre, misericordia, limpieza de corazón y carácter pacificador.
Por mansedumbre debemos entender la posesión de un carácter pacífico y no dado al antagonismo. Va en relación a otros conceptos trasmitidos por Jesús como, por ejemplo, el "poner la otra mejilla" y tendría una clara demostración en la actitud de Jesús ante su persecución, juicio y ejecución.
La virtud de la misericordia va más allá de la virtud de la justicia. La voluntad de Jesús de perdonar "sesenta veces siete"sería otro ejemplo de esta virtud. Está relacionada también con una perspectiva profunda y radical sobre el sentimiento de compasión hacia nuestros semejantes.
La tercera virtud moral reseñada, la limpieza de corazón, hace referencia a la pureza de pensamiento e intención. El defecto moral opuesto a esta virtud sería, sin duda, la hipocresía. No basta actuar según viene determinado por la ley o la costumbre, hace falta actuar con una conciencia y una intención correcta también.
Según en texto de las Bienaventuranzas el seguidor de Jesús debe tener un carácter pacificador. Esto significa una voluntad no sólo pacífica sino también pacificante, el seguidor de Jesús no debe ser sólo una persona mansa sino también tendente a llevar esa paz y a propagarla con su palabra y obra.

* La dignidad del hombre en el mensaje de Jesús de Nazaret:

Y cuando los fariseos le vieron, Decían a sus Discípulos: --¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores? (Mt. 9, 11)

El contexto histórico en el que se desarrolló el mensaje de Jesús era un contexto en donde existían numerosas estratificaciones sociales, más aún en la Palestina de este periodo. El sistema social y económico del Imperio Romano se basaba en la esclavitud este sistema sobreentendía, por lo tanto, que la dignidad del hombre era un concepto relativo y no absoluto. Un hombre podía, perfectamente, carecer de ciertos derechos civiles por el simple hecho de haber nacido esclavo o por haber sido apresado en una guerra.
Por otro lado, en los territorios judíos, no sólo los esclavos carecían de algunos derechos sino que también a ciertos enfermos se les consideraba "intocables" como a los leprosos o a ciertos minusválidos ya que la religión judía consideraba que determinadas enfermedades eran castigos enviados por Dios a los pecadores.
En este contexto en donde la dignidad humana era relativa el mensaje de Jesús de Nazaret planteaba la idea de que todo ser humano tenía una dignidad específica e inalienable. Al ser todos hijos de Dios, todos poseemos un alma que puede mancharse con el pecado pero, a su vez, también puede limpiarse con el perdón de Dios. Esta idea de la dignidad humana como algo absoluto recuerda bastante la propuesta de los filósofos estoicos.
El dato histórico de que Jesús de Nazaret predicaba entre mujeres, leprosos y pecadores parece mostrar esta concepción novedosa que propuso Jesús sobre la dignidad humana. El ideal de vida que ejemplificó este profeta judío fue la vida en comunión de uno con otros como hermanos con hermanos y padres con hijos.

* El desapego a lo material

Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No sois vosotros de mucho más valor que ellas?¿Quién de vosotros podrá, por más que se afane, añadir a su estatura un codo? ¿Por qué os afanáis por el vestido? Mirad los lirios del campo, Cómo crecen. Ellos no trabajan ni hilan; pero os digo que ni aun Salomón, con toda su gloria, fue vestido como uno de ellos. Si Dios viste Así la hierba del campo, que hoy está y mañana es echada en el horno, ¿no hará mucho más por vosotros, hombres de poca fe?
Por tanto, no os afanéis diciendo: '¿Qué comeremos?' o '¿Qué beberemos?' o '¿Con qué nos cubriremos?' Porque los gentiles buscan todas estas cosas, pero vuestro Padre que está en los cielos sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más bien, buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su propio afán. Basta a cada Día su propio mal. ( Mt. 6, 24-34)

Otro elemento importante de la ética predicada por Jesús de Nazaret es el desapego a las realidades externas. La riqueza económica o la fama entre los hombres son preocupaciones superfluas que apartan al seguidor de Jesús del verdadero camino de la vida virtuosa.
La frase "es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios" también sirve para mostrar que el ideal de humildad se extiende tanto al alma como al cuerpo. En algunos fragmentos de los evangelios Jesús invita a hombres ricos a que abandonen sus riquezas y todas sus propiedades y se unan a él para extender su mensaje en comunidad.

* La ética como asunto personal y profundo:

No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis seréis juzgados, y con la medida con que Medís se os medirá.¿Por qué miras la brizna de paja que está en el ojo de tu hermano, y dejas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿Cómo dirás a tu hermano: 'Deja que yo saque la brizna de tu ojo', y he aquí que la viga está en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna del ojo de tu hermano. (Mt. 7, 1-5)

La preocupación salvífica de la ética cristiana tiene, lógicamente, una perspectiva proselitista pero, esta perspectiva no es la fundamental. Lo fundamental de la ética propuesta por Jesús de Nazaret es que esta ética sea un intento de autopurificación.
Frente a propuestas éticas que pretenden asumir la realización ética como un peldaño más elevado desde donde juzgar a los semejantes, Jesús propone una ética fundada en el auto-examen continuo que nos permita comprender también las debilidades del prójimo como propias antes de verlas desde una superflua superioridad.
Esta voluntad de autopurificación y autoexamen continuo fundamenta otro mensaje vital del discurso ético de Jesús: el perdón como virtud moral fundamental.

Mas Jesús se fue al monte de los Olivos. Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles. Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio y le dicen: "Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?" Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra. Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: "Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra". E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra. Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio. Incorporándose Jesús le dijo: "Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?" Ella respondió: "Nadie, Señor". Jesús le dijo: "Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más". (Jn. 8, 1-11)

Consecuencia también de entender la ética como un asunto profundamente personal es el desprecio que muestra Jesús hacia la hipocresía. No basta el acto desnudo sino también la intención de ese acto. El hipócrita es aquel que utiliza su "pureza moral" para mirar por encima del hombro a sus semejantes; este vanagloriarse de su actitud, en apariencia correcta pero en el fondo viciada, quita cualquier valor al acto moral. El acto moral es algo entre el individuo y Dios, se subraya así la naturaleza radicalmente personal de este acto.

Guardaos de hacer vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos por ellos. De lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando, pues, hagas obras de misericordia, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. De cierto os digo que ellos ya tienen su recompensa. Pero cuando tú hagas obras de misericordia, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, de modo que tus obras de misericordia sean en secreto. Y tu Padre que ve en secreto te recompensará. (Mt. 6, 1-6)

* La regla de oro de la moral:

Habéis oído que fue dicho a los antiguos: Ojo por ojo y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al malo. Más bien, a cualquiera que te golpea en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Y al que quiera llevarte a juicio y quitarte la túnica, déjale también el manto. A cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo niegues.
Habéis oído que fue dicho: amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, y orad por los que os persiguen; de modo que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, porque él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tenéis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen eso mismo los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.(Mt. 38-48)

La llamada regla de oro de la moral se encuentra en la reflexión ética oriental y occidental y viene a decir: "no hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti". Dentro de la tradición filosófica moderna Kant enunció esta regla y le concedió un papel central en su sistema ético.
Pero en este texto Jesús parece que profundiza en esta regla, haciéndola extensible a toda la comunidad humana sin distinción. Esta extensión del amor universal a todos, amigos y enemigos, está en coherencia con la concepción de la dignidad humana como algo absoluto y no relativo ni relatilizable.

* Relación entre ética y política:

Y le preguntaron, diciendo: Maestro, sabemos que hablas y enseñas rectamente, y no te guías por las apariencias, sino que enseñas con verdad el camino de Dios.¿Nos es lícito pagar impuesto al César, o no?
Pero El, percibiendo su astucia, les dijo: Mostradme un denario. ¿De quién es la imagen y la inscripción que lleva?
Y ellos le dijeron: Del César.
Entonces El les dijo: Pues dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. (Lc. 20, 21-25)

De todo los rasgos analizados de la ética propuesta por Jesús podemos concluir que esta es ajena a la política o sino, al menos, distante. Al ser el proyecto ético un proyecto personal e íntimo el interés que muestra el mensaje de Jesús por la reforma política es pequeño. La verdadera revolución que propone este mensaje es una revolución individual, no una revolución política.
A pesar del distanciamiento de lo político, la ética de Jesús no es una ética individualista sino que plantea la relación entre los hombres desde una perspectiva de comunión no politizada. Es más importante, para Jesús los vínculos fraternales entre los hombres que los vínculos políticos, éticos o incluso familiares.
Por esto podemos decir que el mensaje de Jesús opone la vida en comunidad a la vida política; como queda reflejado en el siguiente texto:

Entonces Pilatos volvió a entrar al Pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
Jesús respondió: ¿Esto lo dices por tu cuenta, o porque otros te lo han dicho de mí?
Pilatos respondió: ¿Acaso soy yo judío? Tu nación y los principales sacerdotes te entregaron a mí. ¿Qué has hecho?
Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; mas ahora mi reino no es de aquí. (Jn. 18, 33-36)


Sé feliz






domingo, febrero 18, 2007

¿Cuantas cosas perdimos cazando gaviotas?

A un muchacho que vivía al borde del mar le gustaban las gaviotas. Todas las mañanas iba a jugar con ellas, y otras gaviotas llegaban, a centenares, sin parar. Su padre dijo: “Me he enterado de que las gaviotas juegan contigo. Cógeme unas cuantas para divertirme con ellas.” Cuando al día siguiente fue al borde del mar, las gaviotas danzaron en el aire, pero no descendieron.

De ahí el dicho: “El discurso perfecto no emplea palabras, la acción perfecta es el no actuar. Todo lo que saben los hombres inteligentes es de escasa profundidad”

Extraído de: Lie Zi; El libro de la perfecta vacuidad; RBA


Y ahora mi corazón me susurra tres cosillas:

  • ¿Cuantas gaviotas danzan sin que las dejemos descender a nuestras manos?
  • ¡Qué transparente es el corazón del que oculta redes con que cazar gaviotas!
  • Una buena frase como frontispicio de los tribunales, los templos y las universidades: “todo lo que saben los hombres inteligentes es de escasa profundidad”.

Y un propósito de enmienda:

  • Esta semana intentaré no ser más inteligente de la cuenta...

Sé feliz

martes, febrero 13, 2007

La teología de los primeros filósofos griegos


Título: La teología de los primeros filósofos griegos
Autor: Jaeger, Werner / Gaos, José ; tr.
Publicación: Madrid . Fondo de Cultura Económica de España, S.L. , 2003
Descripción: 272 p. ; 21x14 cm Encuadernación: rústica
Precio: 13,85 €
Colección: Filosofía


Partes del libro:

Prefacio
I. La teología de los pensadores griegos
II. La teología de los naturalistas milesios
III. La doctrina de Jenófanes sobre Dios
IV. Las llamadas teogonías órficas
V. El origen de la doctrina de la divinidad del alma
VI. El misterio del Ser según Parménides
VII. Heráclito
VIII. Empédocles
IX. Los pensadores teleológicos: Anaxágoras y Diógenes
X. Teorías sobre la naturaleza y el origen de la religión


CRÍTICA DEL LIBRO:


Este libro, del autor de la monumental Paideia, como su título indica trata de la evolución del pensamiento teológico de los primeros filósofos griegos. Aunque el tema podría parecer fácilmente agotable no lo es; de hecho, sugiere Jaeger, la reflexión sobre el principio de los presocráticos es una reflexión prioritariamente teológica y sólo secundariamente material.
La incomprensión de Aristóteles que juzgaba a los presocráticos como meros "physikoi" se ha extendido hasta aún hoy pero para Jaeger la investigación física de los naturalistas milesios, por ejemplo, se da la mano con la investigación teológica. Jaeger considera, además, a otros presocráticos como Empédocles, Parménides o Heráclito como autores esencialmente teológicos y en los cuales la labor física no se confunde sino que se subordina, e incluso se ignora, frente la investigación sobre el principio divino del cosmos.
Es interesante ver el papel que ocupa Jenófanes en la historia de la filosofía según Jaeger. Para nuestro autor Jenófanes no es propiamente un filósofo que construya un sistema fisico ni teológico consistente, sino más bien un crítico de la religión y las costumbres de su tiempo. Aún así, le concede Jaeger un papel importante en la historia de la racionalización del concepto de Dios.
Sólo en Anaxágoras y Diógenes reconoce Jaeger el espíritu científico positivo que hemos querido ver los hombres del XIX y XX en los autores presocráticos. En estos autores lo teológico ya sí va quedando subordinado a la investigación física y los dioses van transformándose en algo así como "dei ex machina" útiles para sustentar un sistema racional y materialista de explicación del mundo.
El último capítulo está dedicado, esencialmente, a la sofística exponiendo las diversas visiones que en el siglo V a.n.e se plantearon sobre los orígenes de las religiones.
Un libro interesante para ir desterrando de nosotros esos prejuicios infantiles sobre los presocráticos que la lamentable enseñanza secundaria nos inculcó. Los únicos defectos que he encontrado en el libro son: la caída ocasional en un erudiccionismo evitable en algunos capítulos; y, además, los prejuicios de Jaeger contrarios a las cosmovisiones panteístas e hilozoístas y favorables a ver la llegada de la teología cristiana como un estadio superior de la reflexión sobre Dios. Aún así el cómputo global es positivo para esta obra sobre el primigenio, antes que primitivo, pensamiento griego.

sábado, febrero 10, 2007

La imagen de la naturaleza en la física actual de Werner Heisenberg

En este post voy a realizar una sinopsis del artículo de Werner Heisenberg "La imagen de la naturaleza en la física actual" (1955).

El primer punto que trata el autor en su trabajo es "El problema de la naturaleza". En este apartado muestra Heisenberg como el concepto que el hombre ha tenido de la Naturaleza ha cambiado desde la concepción medieval hasta la de nuestros días. La imagen medieval entendía la Naturaleza como criatura de Dios y por lo tanto la investigación sobre ella no podía prescindir de Él. Sin embargo, en el cristianismo de la Modernidad Dios se fue trascendiendo hasta llegar a estar "más allá" de la Naturaleza, este proceso de separación entre Dios y el Universo (impensable en el panteísmo o inmanentismo de la Antigüedad) permitió que se desarrollara una ciencia de la Naturaleza en donde la idea de Dios fuera desplazada paulatinamente.
Poco a poco, conforme se fue desarrollando la nueva ciencia de Newton, Galileo y Kepler, la observación de la Naturaleza necesitó de la técnica: telescopios, microscopios, termómetros etc. esto conllevó que lo que el científico moderno entendiese por Naturaleza fuera "todo lo que resulta asequible a la experiencia humana" no importando que ese campo estuviese vedado a la percepción ordinaria. A su vez la ciencia abandonó su espíritu explicativo y se convirtió en una descripción matemática de fenómenos. Estas dos ideas dieron lugar a la concepción materialista de la ciencia que ha perdurado hasta el descubrimiento de la mecánica cuántica.
La moderna concepción materialista de la naturaleza ha sido la interpretación dominante en la ciencia, según Heisenberg, hasta el siglo XIX. Esta concepción es heredera del atomismo de Demócrito y Leucipo y planteaba que los cimientos de la realidad eran sustancias materiales denominadas átomos. Todo era explicable por estas realidades "contantes y sonantes" y sus interacciones pero esta interpretación moderna de la ciencia se vino abajo en el momento en el que se derrumbó ese ingenuo concepto de átomo.
Para Heisenberg tres fueron las crisis del modelo atómico clásico que permitieron la destrucción de la concepción materialista. En primer lugar está el descubrimiento del electromagnetismo que mostró que no todos los fenómenos físicos son reducibles a interacciones de la materia; debido al descubrimiento del electromagnetismo fue preciso introducir en la física el concepto de campo, no obstante, esta introducción no fue un golpe mortal para el atomismo clásico ya que el campo, al fin y al cabo, era generado por el átomo. En segundo lugar está el descubrimiento de la divisibilidad del átomo con el descubrimiento del electrón y los otros componentes subatómicos, este descubrimiento tampoco supuso un golpe mortal para la antigua imagen materialista de la Naturaleza ya que, los elementos que cimentaban la realidad dejaron de ser los átomos y pasaron a ser los electrones y protones.
El tercer golpe, y mortal, al atomismo clásico lo dio el descubrimiento de la mecánica cuántica: con el descubrimiento, por parte de Heisenberg precisamente, del principio de incertidumbre ya nos es imposible hablar de Naturaleza y ni siquiera de "materia" en sentido estricto sino sólo de un conglomerado de sujeto-objeto. Al observar la Naturaleza el hombre observa su mirada reflejada en ella y por mucho que escudriña el Universo no encuentra en ningún lado a la antigua materia mecanicista. Heisenberg se decanta más por una concepción platónica de la materia como armonía de números y proporciones antes que por una percepción de la materia como algo concreto y "tocable".
Pero el hombre no se encuentra ante sí mismo sólo en la investigación de las partículas elementales, se encuentra a sí mismo también en dos sentidos. Por un lado la Naturaleza ya apenas supone un peligro para el hombre, edificios antiterremotos, predicciones meteorológicas que nos mantienen alerta contra los huracanes, extensión de las vacunas como medios para evitar enfermedades etc. ahora lo que supone el mayor peligro de todos es el hombre para el hombre mismo. No sólo por la degradación y destrucción del medio ambiente sino por el descubrimiento de armas que podrían aniquilarnos mutuamente sólo con apretar un botón.
Por otro lado, el hombre encuentra a la Naturaleza dominada y al bosque convertido en un jardín. Miramos a nuestro alrededor y vemos al mundo transformados por nuestras líneas de carreteras, nuestras vías de trenes, nuestros cables de electricidad o canalizaciones de ríos... Miremos donde miremos vemos la mano del ingeniero y del arquitecto... En palabras del propio Heisenberg:

"La antigua división del universo en un proceso objetivo en el espacio y el tiempo por una parte, y por otra parte el alma en que se refleja aquel proceso, o sea la distinción cartesiana de la res cogitans y la res extensa, no sirve ya como punto de partida para la inteligencia de la ciencia natural moderna. Esta ciencia dirige su atención ante todo a la red de las relaciones entre hombre y naturaleza: a las conexiones determinantes del hecho de que nosotros, en cuanto seres vivos corpóreos, somos parte dependiente de la Naturaleza, y al propio tiempo, en cuanto hombres, la hacemos objeto de nuestro pensamiento y nuestra acción. La ciencia natural no es ya un espectador situado ante la Naturaleza, antes se reconoce a sí misma como parte de la interacción de hombre y Naturaleza."

Sé feliz

Actualización: otros dos textos de Heisenberg aquí y aquí.

jueves, febrero 08, 2007

La fuerza verdadera


La fuerza verdadera es verdadera debilidad,

el hombre invulnerable cae abatido al instante.

Dice el necio: "firme como una roca"

aún cuando un sólo golpe de martillo la mella.

Pero ¿qué espada pudo cortar la blandura del agua?

De este modo aquel que es fuerte por la debilidad

obtiene el respeto de los siete reyes

y su imperio se extiende por la Tierra y el Cielo.

sábado, febrero 03, 2007

La alegría

Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara. Gibrán Kalhil Gibrán












Link al índice de "Sobre pasiones y afectos"

jueves, febrero 01, 2007

En los oscuros lugares del saber

Título: En los oscuros lugares del saber
Autor: Kingsley, Peter [ (1953- ) ] Francí Ventosa, Carmen ; tr.
Publicación: Vilaür . Editorial Atalanta , 09/2006
Descripción: 248 p. : il. ; 22x14 cm Encuadernación: rústica
Precio: 19,23 €
Colección: Memoria mundi , 8


"Este libro no versa sobre hechos reales ni ficticios. Versa sobre algo más extraño, comparado con lo cual aquello que consideramos realidad es mera ficción.
No es lo que parece, de la misma manera que las cosas que nos rodean tampoco son lo que parecen. Trata, sobre todo, del engaño: del engaño absoluto del mundo en que vivimos; así como de lo que hay detrás.
Podría parecer una historia en torno a cosas que sucedieron hace mucho tiempo. Pero, en realidad, trata de nosotros mismos. Los detalles tal vez sean poco familiares, muy poco familiares. Y, sin embargo, su importancia alcanza las raíces de nuestro ser"

Así comienza este breve ¿ensayo? de Peter Kingsley. Y así continúa hasta el final jugando con una leve ambigüedad... un juego asombroso y serio que se sitúa en el ámbito de la hermenéutica profunda, un ámbito más allá de los "hechos reales" y de los hechos ficticios; un juego interpretativo que llega a plantear a nuestro corazón una duda inquietante, la duda de si existe algo más allá de ese juego, si existen, efectivamente, hechos reales o ficticios; si todo no es más que ese dulce baile en el borde de esos dos mundos.

En este libro trata Kingsley de desmontar uno de los mitos de Platón, el mito de Parménides. Quizás debamos recordar a Platón no sólo en su faceta de filósofo sino también en su faceta literaria; sus personajes no fueron Edipo, Fedra o Prometeo sino que construyó una bella representación con personajes reales llamados Protágoras, Górgias, Sócrates y, por supuesto, también Parménides.

Frente a la recreación platónica que percibe a Parménides como el padre de la lógica y el pensamiento racional, visión que es la tomada como canónica en occidente, Kingsley propone una interpretación de Parménides más profunda fundada en los textos conservados del filósofo y en los hallazgos arqueológicos de su ciudad natal, Elea.

Basándose en lo dicho y haciendo uso de una fina inteligencia el autor nos insinúa el verdadero fondo de la "sophia", antes que filo-sophia, del filósofo eleático. Parménides es el discípulo de Apolo, un profeta de la diosa del Hades, que trae desde la hondura del Ser una ciencia que se muestra como oscura, misteriosa y más allá de la aprehensión racional vulgar. El texto del "Poema de la Verdad" muestra esto con meridiana claridad, el misterio y el secreto palpitan en cada uno de sus toscos versos, sólo la ceguera y la obstinación simplista nos impiden ver lo que, por su propia esencia, no puede verse sino sólo intuirse.

Bello y serio trabajo el de Kingsley que sigue esa perspectiva hermenéutica sobre los presocráticos, abierta por Heidegger y continuada fecundamente por Colli, que pretende dignificar las figuras de estos hombres sabios la mayoría de los cuales están en el territorio del Ser antes que en el territorio de la Representación.

Como nota final me gustaría celebrar la tarea de la pequeña editorial Atalanta. Obras como esta o como "El fuego secreto de los filósofos" de Patrick Harpur no sólo tiene un sitio en el mercado editorial en español sino que tienen una necesidad y un sentido en el academicismo y la vulgarización de la filosofía (caras de la misma moneda), reinante en ese mercado.


Sé feliz