El velo ¿islámico?
“Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado. Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón. Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles”.
Mucha gente se pregunta el sentido del velo islámico. ¡He aquí! El velo, indica la sumisión de la mujer no sólo a Dios sino también al varón... Su estatus ontológico es inferior al del hombre y esa inferioridad en su propio ser es necesario que quede plasmada en su vestimenta. Esa plasmación es el velo sobre su cabeza. Subrayo: “Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios, pero la mujer es gloria del varón”.
Pero ¿de dónde crees que he sacado esta cita? ¿Del Corán? No. Esta cita está sacada de un libro considerado revelado por los cristianos... y no es el Antiguo Testamento que quedo “derogado” con la venida del Cristo. Esta cita pertenece al Nuevo Testamento, 1 Corintios 11, 5-10. Pero ¿no eran los musulmanes los machistas que imponían el velo? ¿Te han contado esto en la escuela dominical? ¿Te han contado esto en los telediarios?
El fanatismo no está en la letra de unos libros está en los corazones que leen esos libros y en la fuerza que intenta imponer su particular interpretación de los mismos. Pretender una criminalización del Islam es tan absurda como hacer una beatificación de él, lo mismo es aplicable al cristianismo o ¿te sientes identificado con la Inquisición, las Cruzadas o con Su Santidad? Me gustan muchas partes del Corán y me gustan muchas partes de los Evangelios, hoy me quedo con una frase de estos últimos:
“¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja que está en el ojo de tu hermano. (Lc 6, 41-42)”
Pues eso.