El Árbol del Conocimiento ha matado al Árbol de la Vida
Los hombres, cuya esencia es la de ser entes activos, se ven perpetuamente amenazados por dos peligros igualmente funestos, un Escila y una Caribdis. La Escila es el cansancio, el desánimo, es cuando los hombres rehuyen el esfuerzo para darse a la buena vida, o se entregan al quietismo y caen víctimas de los manejos de hábiles maniobreros que destruyen todo honor, energía, integridad e independencia para sustituirlos por el imperio de la astucia y del fraude, la mano muerta de la burocracia, leyes que granujas sin escrúpulos pueden volver en su propio provecho, con la ayuda y la complicidad de un ejército de expertos: prostitutas y lacayos de quienes detentan el poder o histriones desocupados y parásitos serviles [...]. La Caribdis es el despotismo de los teóricos fanáticos, “el delirio salvaje del optimista enloquecido por la resistencia imprevista a sus planes”, que está dispuesto a destrozar el presente “por edificar la felicidad del futuro sobre sus despojos”.
Isaiah Berlin; Prefacio a Reflexiones sobre la violencia de George Sorel; Alianza Editorial pp. 17-18