jueves, mayo 29, 2008

El pájaro pintado

A continuación un fragmento del libro "El pájaro pintado" del polaco Jerzy Kosinski que he encontrado citado en el epílogo de la obra de Thomas Szasz "La fabricación de la locura" (editorial Kairós 2005). No hago ningún comentario porque el texto es suficientemente rico en sugerencias.

"A veces pasaban los días y la Estúpida Ludmila no aparecía por el bosque. Entonces Lekh se sentía poseído por una rabia sorda. Contemplaba solamente a los pájaros enjaulados, murmurando algo para sí. Por fin, tras prolongado examen, escogía el pájaro más fuerte, lo ataba a su muñeca y preparaba pinturas malolientes de diversos colores, que él componía a partir de los más variados elementos. Cuando los colores le satisfacían, ponía el pájaro boca arriba y pintaba sus alas, cabeza y pecho con los colores del arcoiris, hasta que quedaba más vívido y moteado que un ramillete de flores silvestres.

Después, nos adentrábamos en la espesura. Una vez allí, Lekh cogía el pájaro pintado y me mandaba sujetarlo con mis manos presionándolo ligeramente. El ave empezaba a gorjear y a llamar a una bandada de su misma especie, que volaba nerviosamente sobre nuestra cabezas. Nuestro prisionero, al oírlos, luchaba por ir hacia ellos, cantando más fuertemente y con el corazón batiendo violentamente encerrado en su pecho recién pintado.

Una vez reunido un número suficiente de pájaros sobre nuestras cabezas, Lekh me hacía una señal para que soltara al prisionero. Este se remontaba libre y feliz, como una mancha de arcoiris destacando sobre el fondo de nubes y se zambullía entre la banda que le estaba esperando. Durante unos instantes, los pájaros permanecían confundidos. El pájaro pintado daba vueltas de un extremo al otro de la bandada, intentando convencer a su tribu de que era uno de ellos. Pero, desconcertados por sus brillantes colores, volaban a su alrededor sin convencerse. El pájaro pintado era rechazado cada vez más lejos, a pesar de sus intentos de penetrar en las filas de sus congéneres. Poco después veíamos cómo uno tras otro los pájaros se lanzaban a un ataque encarnizado. Muy pronto aquella forma de mil colores desaparecía del cielo y caía sobre la tierra. Estos incidentes sucedían a menudo. Cuando finalmente encontrábamos los pájaros pintados, solían estar muertos. Lekh examinaba atentamente el número de heridas que habían recibido. La sangre fluía por sus alas coloreadas, diluyendo la pintura y manchando las manos de Lekh."

Link al epílogo completo de "La fabricación de la locura".


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