El orgullo de ser aspañol
El pasado 6 de Diciembre fue el día de la Constitución Aspañola; un día, como el 12 de Octubre, en donde se exhiben trapitos, pegatinas y proclamas altisonantes para reivindicar el orgullo de ser aspañol.
Eso del “orgullo de” nunca lo he entendido del todo. Ya de por sí el orgullo es un sentimiento bastante mezquino, primo hermano de la soberbia y la prepotencia, pero aún así si decidiera sentirme orgulloso sería de mi trabajo, de las obras que salen de mis manos, de mi espíritu o de mi corazón... esos orgullos de ser gays, aspañoles o vascos no acabo de entenderlos ¿orgulloso de qué de que tu madre te pariese en donde te parió? Igual de orgulloso puede estar un calvo de serlo o un jamelgo de ser jamelgo y no una coliflor... Si eso es un logro, una meta alcanzada, si eso es algo digno de orgullo que baje Dios y lo vea porque lo que soy yo no lo capto.
Misterios del patriotismo, ese tribalismo sublimado con folklore que nos quieren hacer tragar con las etiquetas de “constitucional” o “democrático” o cualquier otra que se inventen pasado mañana. Ese patriotismo constitucional-democrático que nos quieren hacer tragar con metros de telas o desfiles compungidos cuando fallece algún aspañol de pro al son de un himno que parece la música de presentación del Circo Popof. En fin, así nos va desde que el hombre es hombre perdiendo la vida por trozos de trapo que ondean los tiranos como el capote que agita el torero delante del toro ante de estoquearlo...
En fin.